miércoles, 14 de enero de 2015

CAPITULO 37





La llama de la vela quema demasiado. Parpadea y fluctúa con el aire abrasador, un aire que no alivia el calor. Las suaves alas de gasa se baten de un lado a otro en la oscuridad, rociando de escamas polvorientas el círculo de luz. Me esfuerzo por resistir, pero me atrae. Luego todo es muy luminoso y vuelo demasiado cerca del sol, deslumbrada por la luz, abrasándome y derritiéndome de calor, agotada de intentar mantenerme en el aire. Estoy ardiendo. El calor es asfixiante, sofocante. Me despierta.


Abro los ojos y me encuentro abrazada por Pedro Alfonso


Me envuelve como el patriota victorioso lo hace en su bandera. Está profundamente dormido, con la cabeza en mi pecho, el brazo por encima de mí, estrechándome contra su cuerpo, con una pierna echada por encima de las mías. Me asfixia con el calor de su cuerpo, y me pesa. Me tomo un momento para digerir que aún está en mi cama y dormido como un tronco, y que ya hay luz fuera, luz de día. Ha pasado la noche entera conmigo.


Tengo el brazo derecho extendido, sin duda en busca de algún sitio fresco y, mientras proceso el hecho de que aún está conmigo, se me ocurre que puedo tocarlo. Está dormido. Tímidamente, levanto la mano y paseo las yemas de los dedos por su espalda. Oigo un gruñido gutural de angustia, y se revuelve. Me acaricia el pecho con la nariz e inspira hondo mientras se despierta.


Sus ojos grises, soñolientos y parpadeantes, se topan con los míos por debajo de su mata de pelo alborotado.


—Buenos días —masculla, y frunce el ceño—. Dios, hasta mientras duermo me siento atraído por ti.


Se mueve despacio, despegando sus extremidades de mí mientras se orienta. Noto su erección contra mi cadera. Percibe mi cara de asombro y me dedica una sonrisa lenta y sensual.


—Mmm, esto promete, pero creo que deberíamos esperar al domingo.


Se inclina hacia delante y me acaricia la oreja con la nariz.


Me ruborizo, aunque ya estoy roja como un tomate por su calor corporal.


—Estás ardiendo —susurro.


—Tú tampoco te quedas corta —me susurra él, y se aprieta contra mi cuerpo, sugerente.


Me sonrojo aún más. No me refería a eso. Se incorpora sobre un codo y me mira, divertido. Se inclina y, para mi sorpresa, me planta un suave beso en los labios.


—¿Has dormido bien? —me pregunta.


Asiento con la cabeza, mirándolo, y me doy cuenta de que he dormido muy bien salvo por la última media hora, en la que tenía demasiado calor.


—Yo también. —Frunce el ceño—. Sí, muy bien. —Arquea la ceja, a la vez sorprendido y confuso —. ¿Qué hora es?


Miro el despertador.


—Son las siete y media.


—Las siete y media… ¡mierda! —Salta de la cama y se pone los vaqueros.


Ahora me toca a mí sonreír divertida mientras me incorporo. 


Pedro Alfonso llega tarde y está nervioso. Esto es algo que no he visto antes. De pronto caigo en la cuenta de que el trasero ya no me duele.


—Eres muy mala influencia para mí. Tengo una reunión. Tengo que irme. Debo estar en Portland a las ocho. ¿Te estás riendo de mí?


—Sí.


Sonríe.


—Llego tarde. Yo nunca llego tarde. También esto es una novedad, señorita Chaves.


Se pone la americana, se agacha y me coge la cabeza con ambas manos


—El domingo —dice, y la palabra está preñada de una promesa tácita.


Las entrañas se me expanden y luego se contraen de deliciosa expectación. La sensación es exquisita.


Madre mía, si mi cabeza pudiera estar a la altura de mi cuerpo. Se inclina y me da un beso rápido.


Coge sus cosas de la mesita y los zapatos, que no se pone.


—Taylor vendrá a encargarse de tu Escarabajo. Lo dije en serio. No lo cojas. Te veo en mi casa el domingo. Te diré la hora por correo.


Y, como un torbellino, desaparece.


Pedro Alfonso ha pasado la noche conmigo, y me siento descansada. Y no ha habido sexo, solo hemos hecho la cucharita. Me dijo que nunca había dormido con nadie, pero ya ha dormido tres veces conmigo. Sonrío y salgo despacio de la cama. Estoy más animada de lo que he estado en las últimas veinticuatro horas o así. Me dirijo a la cocina; necesito una taza de té.


Después de desayunar, me ducho y me visto rápidamente para mi último día en Clayton’s. Es el fin de una era: adiós a los señores Clayton, a la universidad, a Vancouver, a mi piso, a mi Escarabajo. Echo un vistazo al cacharro: son las 07:52. Tengo tiempo.



filete


De: Paula Chaves

Fecha: 27 de mayo de 2014 08:05

Para: Pedro Alfonso

Asunto: Asalto y agresión: efectos secundarios


Querido señor Alfonso:


Querías saber por qué me sentí confundida después de que me… ¿qué eufemismo utilizo: me dieras unos azotes, me castigaras, me pegaras, me agredieras? Pues bien, durante todo el inquietante episodio, me sentí humillada, degradada y ultrajada. Y para mayor vergüenza, tienes razón, estaba excitada, y eso era algo que no esperaba. Como bien sabes, todo lo sexual es nuevo para mí. Ojalá tuviera más experiencia y, en consecuencia, estuviera más preparada. Me extrañó que me excitara.
Lo que realmente me preocupó fue cómo me sentí después. Y eso es más difícil de explicar con palabras. Me hizo feliz que tú lo fueras. Me alivió que no fuera tan doloroso como había pensado que sería. Y mientras estuve tumbada entre tus brazos, me sentí… plena. Pero esa sensación me incomoda mucho, incluso hace que me sienta culpable. No me encaja y, en consecuencia, me confunde. ¿Responde eso a tu pregunta?




Espero que el mundo de las fusiones y adquisiciones esté siendo tan estimulante como siempre, y que no hayas llegado demasiado tarde.


Gracias por quedarte conmigo.


Paula


filete


De: Pedro Alfonso

Fecha: 27 de mayo de 2014 08:24

Para: Paula Chaves

Asunto: Libere su mente

Interesante, aunque el asunto del mensaje sea algo exagerado, señorita Chaves.

Respondiendo a su pregunta: yo diría «azotes», y eso es lo que fueron.

• ¿Así que se sintió humillada, degradada, injuriada y agredida? ¡Es tan Tess Durbeyfield…! Si no recuerdo mal, fue usted la que optó por la corrupción. ¿De verdad se siente así o cree que debería sentirse así? Son dos cosas muy distintas. Si es así como se siente, ¿cree que podría
intentar abrazar esas sensaciones y digerirlas, por mí? Eso es lo que haría una sumisa.

• Agradezco su inexperiencia. La valoro, y estoy empezando a entender lo que significa. En pocas palabras: significa que es mía en todos los sentidos.

• Sí, estaba excitada, lo que a su vez me excitó a mí; no hay nada malo en eso.

• «Feliz» es un adjetivo que apenas alcanza a expresar lo que sentí. «Extasiado» se aproxima más.

• Los azotes de castigo duelen bastante más que los sensuales, así que nunca le dolerá más de eso, salvo, claro, que cometa alguna infracción importante, en cuyo caso me serviré de algún instrumento para castigarla. Luego me dolía mucho la mano. Pero me gusta.

• También yo me sentí pleno, más de lo que jamás podrías imaginar.

• No malgaste sus energías con sentimientos de culpa y pecado. Somos mayores de edad y lo que hagamos a puerta cerrada es cosa nuestra. Debe liberar su mente y escuchar a su cuerpo.

• El mundo de las fusiones y adquisiciones no es ni mucho menos tan estimulante como usted, señorita Chaves.


Pedro Alfonso

Presidente de Alfonso Enterprises Holdings, Inc.



Oh, Dios… «mía en todos los sentidos». Se me entrecorta la respiración.


filete


De: Paula Chaves

Fecha: 27 de mayo de 2014 08:26

Para: Pedro Alfonso

Asunto: Mayores de edad

¿No estás en una reunión?
Me alegro mucho de que te doliera la mano.
Y, si escuchara a mi cuerpo, ahora mismo estaría en Alaska.


Paula


P.D.: Me pensaré lo de abrazar esas sensaciones.


filete


De: Pedro Alfonso

Fecha: 27 de mayo de 2014 08:35

Para: Paula Chaves

Asunto: No ha llamado a la poli


Señorita Chaves:


Ya que lo pregunta, estoy en una reunión, hablando del mercado de futuros.
Por si no lo recuerda, se acercó a mí sabiendo muy bien lo que iba a hacer.
En ningún momento me pidió que parara; no utilizó ninguna palabra de seguridad.
Es adulta; toma sus propias decisiones.
Sinceramente, espero con ilusión la próxima vez que se me caliente la mano.
Es evidente que no está escuchando a la parte correcta de su cuerpo.
En Alaska hace mucho frío y no es un buen escondite. La encontraría.
Puedo rastrear su móvil, ¿recuerda?
Váyase a trabajar.


Pedro Alfonso

Presidente de Alfonso Enterprises Holdings, Inc.


Miro ceñuda la pantalla. Tiene razón, claro. Yo decido. 


Mmm. ¿Dirá en serio lo de ir a buscarme?


¿Debería optar por escaparme una temporada? Contemplo un instante la posibilidad de aceptar el ofrecimiento de mi madre. Le doy a «Responder».


filete


De: Paula Chaves

Fecha: 27 de mayo de 2014 08:36

Para: Pedro Alfonso

Asunto: Acosador

¿Has buscado ayuda profesional para esa tendencia al acoso?

Paula


filete

De: Pedro Alfonso

Fecha: 27 de mayo de 2014 08:38

Para: Paula Chaves

Asunto: ¿Acosador, yo?


Le pago al eminente doctor Flynn una pequeña fortuna para que se ocupe de mi tendencia al acoso y de las otras.
Vete a trabajar.


Pedro Alfonso

Presidente de Alfonso Enterprises Holdings, Inc.


filete


De: Paula Chaves

Fecha: 27 de mayo de 2014 08:40

Para: Pedro Alfonso

Asunto: Charlatanes caros


Si me lo permites, te sugiero que busques una segunda opinión.
No estoy segura de que el doctor Flynn sea muy eficiente.


Señorita Chaves


filete


De: Pedro Alfonso

Fecha: 27 de mayo de 2014 08:43

Para: Paula Chaves

Asunto: Segundas opiniones


Te lo permita o no, no es asunto tuyo, pero el doctor Flynn es la segunda opinión.
Vas a tener que acelerar en tu coche nuevo y ponerte en peligro innecesariamente. Creo que esova contra las normas.

VETE A TRABAJAR.


Pedro Alfonso

Presidente de Alfonso Enterprises Holdings, Inc.




filete



De: Paula Chaves

Fecha: 27 de mayo de 2014 08:47

Para: Pedro Alfonso

Asunto: MAYÚSCULAS CHILLONAS


Como soy el blanco de tu tendencia al acoso, creo que sí es asunto mío. No he firmado aún, así que las normas me la repampinflan. Y no entro hasta las nueve y media.


Señorita Chaves



filete


De: Pedro Alfonso

Fecha: 27 de mayo de 2014 08:49

Para: Paula Chaves

Asunto: Lingüística descriptiva


¿«Repampinflan»? Dudo mucho que eso venga en el diccionario.


Pedro Alfonso

Presidente de Alfonso Enterprises Holdings, Inc.



filete


De: Paula Chaves

Fecha: 27 de mayo de 2014 08:52

Para: Pedro Alfonso

Asunto: Lingüística descriptiva


Sale después de «acosador» y de «controlador obsesivo».
Y la lingüística descriptiva está dentro de mis límites infranqueables.
¿Me dejas en paz de una vez? Me gustaría irme a trabajar en mi coche nuevo.


Paula



filete

De: Pedro Alfonso

Fecha: 27 de mayo de 2014 08:56

Para: Paula Chaves

Asunto: Mujeres difíciles pero divertidas


Me escuece la palma de la mano.
Conduzca con cuidado, señorita Chaves.


Pedro Alfonso

Presidente de Alfonso Enterprises Holdings, Inc.



Es una gozada conducir el Audi. Tiene dirección asistida. 


Wanda, mi Escarabajo, no tiene nada de eso, así que se acabó el único ejercicio físico que hacía al día, que era el de conducir. Ah, pero, según las normas de Pedro, tendré que lidiar con un entrenador personal. Frunzo el ceño. Odio
hacer ejercicio.


Mientras conduzco, trato de analizar los correos que hemos intercambiado. A veces es un hijo de puta condescendiente. 


Luego pienso en Gabriela y me siento culpable. Claro que ella no lo parió. Uf, eso es todo un mundo de dolor desconocido para mí. Sí, soy adulta, gracias por recordármelo, Pedro Alfonso, y yo decido. El problema es que yo solo quiero a Pedro, no todo su… bagaje, y ahora mismo tiene la bodega completa de un 747. ¿Que me relaje y lo acepte, como una sumisa?


Dije que lo intentaría, pero es muchísimo pedir.


Me meto en el aparcamiento de Clayton’s. Mientras entro, caigo en que me cuesta creer que hoy sea mi último día. Por suerte, hay jaleo en la tienda y el tiempo pasa rápido. A la hora de comer, el señor Clayton me llama desde el almacén. 


Está al lado de un mensajero en moto.


—¿Señorita Chaves? —pregunta el mensajero.


Miro intrigada al señor Clayton, que se encoge de hombros, tan perplejo como yo. Se me cae el alma a los pies. ¿Qué me habrá mandado Pedro ahora? Firmo el albarán del paquetito y lo abro enseguida. Es una BlackBerry. Se me desploma el ánimo por completo. La enciendo.



filete


De: Pedro Alfonso

Fecha: 27 de mayo de 2014 11:15.

Para: Paula Chaves

Asunto: BlackBerry PRESTADA


Quiero poder localizarte a todas horas y, como esta es la forma de comunicación con la que más te sinceras, he pensado que necesitabas una BlackBerry.


Pedro Alfonso

Presidente de Alfonso Enterprises Holdings, Inc.


filete


De: Paula Chaves

Fecha: 27 de mayo de 2014 13:22

Para: Pedro Alfonso

Asunto: Consumismo desenfrenado

Me parece que te hace falta llamar al doctor Flynn ahora mismo.
Tu tendencia al acoso se está descontrolando.
Estoy en el trabajo. Te mando un correo cuando llegue a casa.
Gracias por este otro cacharrito.
No me equivocaba cuando te dije que eres un consumista compulsivo.
¿Por qué haces esto?



Paula




filete

De: Pedro Alfonso

Fecha: 27 de mayo de 2014 13:24

Para: Paula Chaves

Asunto: Muy sagaz para ser tan joven


Una muy buena puntualización, como de costumbre, señorita Chaves.
El doctor Flynn está de vacaciones.
Y hago esto porque puedo.


Pedro Alfonso

Presidente de Alfonso Enterprises Holdings, Inc.


Me meto el cacharrito en el bolsillo, y ya lo odio. Escribir a Pedro me resulta adictivo, pero se supone que estoy trabajando. Me vibra una vez en el trasero —qué propio, me digo con ironía—, pero me armo de valor y lo ignoro.




3 comentarios:

  1. Más leo, más me gusta esta historia!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Me encantaron los caps!!!!!! Buenísima está nove!!! Espero ansiosa el prox, bsoo @GraciasxTodoPYP

    ResponderEliminar
  3. buenísimo!!! seguí subiendo!!!

    ResponderEliminar