lunes, 16 de febrero de 2015

CAPITULO 142





Perez y yo tomamos el ascensor de servicio para bajar al garaje subterráneo para evitar a la prensa de afuera. El arresto de Jeronimo y el hecho de que fue encontrado en nuestro apartamento ahora son de conocimiento público.


Mientas me acomodo en el Audi, me pregunto si habrán más paparazzi esperando en el AIPS como el día en que fue anunciado nuestro compromiso.


Conducimos un rato en silencio, hasta que recuerdo llamar a Reinaldo primero y luego a mi madre para asegurarles que Pedro y yo estamos a salvo.


Afortunadamente, ambas llamadas son cortas, y cuelgo justo mientras llegamos a AIPS. Como me temía, hay una pequeña multitud de reporteros y fotógrafos esperando. Se voltean como si fueran uno, mirando expectantes el Audi.


—¿Está segura de que quiere hacer esto, Sra. Alfonso? —pregunta Taylor.


Parte de mi sólo quiere irse a casa, pero eso significaría pasar el día con el señor Furia Ardiente.


Espero que con un poco de tiempo, él ganara algo de perspectiva. Jeronimo está bajo custodia policial, así que Cincuenta debería estar contento pero no lo está. Una parte de mi entiende por qué, mucho de esto está fuera de su control incluyéndome, pero no tengo tiempo para pensar en eso ahora.


—Llévame hacia la entrada de entregas, por favor, Taylor.


—Sí, Sra.



*****


Son la una en punto y tengo que arreglármelas para sumergirme a mi misma en el trabajo toda la mañana. Hay un golpe y Elisa asoma su cabeza por la puerta.


—¿Me da un momento? —pregunta brillantemente.


—Seguro —murmuro, sorprendida de su visita no programada.


Entra y se sienta, lanzando su largo cabello negro sobre su hombro.


—Solo quería ver que estuvieras bien. Roach me pidió que te diera una visita —agrega rápidamente mientras su rostro se enrojece—. Me refiero con todo lo que pasó anoche.


El arresto de Jeronimo Hernandez está en todos los periódicos, pero nadie parece haber hecho aun la conexión con el incendio en el GEH.


—Estoy bien —respondo, intentando no pensar profundamente sobre cómo me siento. Jeronimo quería lastimarme.


Bueno, eso no es una noticia. Lo había intentado antes. Es por Pedro por quien estoy preocupada.


Rápidamente reviso mi correo. Aun no hay nada de él. No sé si deba enviarle un e-mail, o si sólo estaría provocando más al Sr. Rabia Violenta.


—Bien —responde Elisa, y su sonrisa en realidad toca sus ojos por un cambio—. Si hay algo que pueda hacer… cualquier cosa que necesites,házmelo saber.


—Lo haré.


Elisa se queda ahí. —Sé lo ocupada que estás, Paula. 
Voy a dejarte volver a ello.


—Um… gracias.


Eso tiene que haber sido la reunión más breve e inútil en el hemisferio occidental.


¿Por qué Roach la envió aquí? Tal vez está preocupado, dado que soy la esposa de su jefe. Me deshago de los pensamientos oscuros y alcanzo mi BlackBerry, con la esperanza de que pueda haber un mensaje de Pedro.


Mientras lo hago, mi correo electrónico de trabajo suena.



De: Pedro Alfonso

Asunto: Declaración

Fecha: 26 de agosto de 2014, 13:04

Para: Paula Alfonso


Paula

El detective Clark va a visitar tu oficina hoy a las 3 pm para tomar tu declaración. He insistido en que debe ir a ti, ya que yo no quiero que vayas a la estación de policía.


Pedro Alfonso

Gerente General, Alfonso Enterprises Holding Inc.



Miro su correo por cinco minutos completos, tratando de pensar en una respuesta ligera e ingeniosa para levantar su ánimo. Me quedo completamente en blanco, y opto en su lugar por brevedad




De: Paula Alfonso

Asunto: Declaración

Fecha: 26 de agosto de 2014, 13:12

Para: Pedro Alfonso


Está bien.

P x


Paula Alfonso

Coordinador Editorial, AIPS




Me quedo mirando la pantalla por otros cinco minutos, ansiosa por su respuesta, pero no hay nada. Hoy Pedro no está de humor para jugar.


Me siento de vuelta. ¿Puedo culparlo? Mi pobre Cincuenta probablemente estaba frenético, de vuelta en las primeras horas de esta mañana.


Entonces, un pensamiento se me ocurre. Él estaba en su traje cuando me desperté esta mañana. ¿A qué hora decidió volver de Nueva York?


Normalmente sale de funciones entre las diez y las once. 


Ayer por la noche a esa hora, yo estaba todavía fuera con Lourdes.


¿Volvió Pedro a casa porque estaba fuera o por el incidente de Jeronimo? Si se fue porque yo estaba pasando un buen rato, no habría tenido ni idea sobre Jeronimo, sobre la policía, nada—hasta que aterrizara en Seattle. De repente es muy importante para mí saber. 


Si Pedro volvió simplemente porque yo estaba fuera, entonces él estaba exagerando.


Mi subconsciente chupa sus dientes, usando su cara de arpía. Bueno, me alegro de que esté de vuelta, así que quizás es irrelevante. Pero aún así,Pedro debe haberse llevado una gran impresión cuando aterrizó. No es de extrañar que hoy esté tan confundido. Sus primeras palabras vuelven a mí. "Todavía estoy muy molesto contigo, Paula. Me estás haciendo dudar de mi juicio".


Tengo que saber: ¿volvió por el Cocktailgate o por el maldito lunático?




De: Paula Alfonso

Asunto: Tu vuelo

Fecha: 26 de agosto de 2014, 13:24

Para: Pedro Alfonso


Ayer, ¿a qué hora decidiste volver a Seattle?


Paula Alfonso

Coordinador Editorial, AIPS




De: Pedro Alfonso

Asunto: Tu vuelo

Fecha: 26 de agosto de 2014, 13:29

Para: Paula Alfonso


¿Por qué?


Pedro Alfonso

Gerente General, Alfonso Enterprises Holding Inc.




De: Paula Alfonso

Asunto: Tu vuelo

Fecha: 26 de agosto de 2014, 13:29

Para: Pedro Alfonso


Llámalo curiosidad.


Paula Alfonso

Coordinador Editorial, AIPS




De: Pedro Alfonso

Asunto: Tu vuelo

Fecha: 26 de agosto de 2014, 13:32

Para: Paula Alfonso


La curiosidad mató al gato.


Pedro Alfonso

Gerente General, Alfonso Enterprises Holding Inc.




De: Paula Alfonso

Asunto: ¿Eh?

Fecha: 26 de agosto de 2014, 13:35

Para: Pedro Alfonso


¿Qué es esa referencia indirecta? ¿Otra amenaza? Sabes a donde voy con esto, ¿cierto? ¿Decidiste regresar porque salí a tomar un trago con mi amiga después de que me pidieras no hacerlo, o regresaste porque un hombre loco estaba en tu apartamento?


Paula Alfonso


Coordinador Editorial, AIPS




Me quedo mirando la pantalla. No hay respuesta. Doy una mirada al reloj en mi ordenador. Una cuarenta y cinco y aún no hay respuesta.



De: Paula Alfonso

Asunto: Aquí está el asunto…

Fecha: 26 de agosto de 2014, 13:56

Para: Pedro Alfonso


Tomaré tu silencio como una admisión de que efectivamente regresaste a Seattle porque CAMBIÉ DE OPINIÓN. Soy una mujer adulta y fui a tomar una copa con mi amiga. No entendía las implicaciones de seguridad de CAMBIAR DE OPINIÓN porque NUNCA ME DICES NADA. Me enteré por Lourdes que la seguridad, de hecho, había sido intensificada para todos los Alfonso, no sólo nosotros. Creo que por lo general, reaccionas de forma exagerada en lo que a mi seguridad se refiere, y entiendo por qué, pero eres como el niño que grita lobo.
Nunca tengo la menor idea de lo que es una preocupación real o simplemente algo que se percibe como una preocupación por ti. Tenía a dos personas de seguridad conmigo. Pensé que tanto Lourdes como yo estaríamos a salvo. El hecho es que estábamos más seguras en ese bar que en el apartamento. Si hubiera sido COMPLETAMENTE INFORMADA de la situación, habría tomado un curso diferente de acción.
Entiendo que tus preocupaciones tienen algo que ver con el material que estaba en el equipo de Jeronimo, o eso cree que Lourdes. ¿Sabes lo molesto que es saber que mi mejor amiga sabe más de lo que está pasando contigo que yo? Y yo soy tu ESPOSA. ¿Así que vas a decirme? ¿O vas a seguir tratándome como un niño, garantizando que me siga comportando como tal?

No eres el único que está jodidamente molesto..

¿De acuerdo?


Paula

Paula Alfonso

Coordinador Editorial, AIPS




Pulsé enviar. Ahí: mete eso en tu pipa y fúmalo. Tomo una respiración profunda. Me había puesto bastante furiosa. 


Aquí estaba yo sintiendo lástima y culpa por portarme mal. Bueno, ya no.





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